Por: Idolkis Arguelles Berdión
La violencia contra las mujeres y las niñas es sin lugar a dudas uno de
los mayores atentados contra los Derechos Humanos.
Consecuencia de la discriminación que sufren las féminas, por la
persistencia de desigualdades en las relaciones de poder entre hombres y
mujeres, este flagelo reafirma cuánto todavía hay que hacer en pos de erradicar
la cultura machista, legada por el modelo social patriarcal, que ha propiciado
el dominio de esteos sobre ellas, presente hasta nuestros días.
La violencia se manifiesta de diferentes maneras, que van desde las
ofensas, las amenazas y las coacciones, provocando daños psicológicos imborrables,
hasta el daño físico o sexual, causantes de serias afectaciones en las esferas
pública y privada, la salud y hasta de la pérdida de la vida.
Según estadísticas de la
Organización de Naciones Unidas, una de cada tres mujeres de
la población mundial se ha visto afectada por esta violencia, por lo que
prevenirla demanda no solo de la voluntad de los conciudadanos sino de acciones
concretas gubernamentales para enfrentarla con eficacia.
En Cuba existen los mecanismos legales que garantizan la no impunidad en
un asunto tan serio como es la violencia contra mujeres y niñas, pero no
siempre las víctimas acuden a denunciar, y en ocasiones, pesa mucho todavía el
hecho de que el maltratador es el propio esposo, padre u otro familiar
allegado.
Se dice que el 50% de los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos
por un familiar o compañero sentimental.
En nuestra sociedad ser niña o mujer no puede significar factor de riesgo hacia la
violencia… Identificar y desenmascarar oportunamente cada manifestación en
nuestros entornos, contribuirá no solo a tomar conciencia de la necesidad de
abordar el tema sino que conducirá paulatinamente a erradicarla.
Urge entonces, hacer valer la aplicación universal a las niñas y mujeres,
de los derechos y principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad,
integridad y dignidad, de todos los seres humanos.
Todos somos responsables de prevenir la violencia contra las mujeres y
las niñas y ponerle fin, de una vez y por todas.
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