Por: Idolkis Arguelles Berdión
¿Con
qué derecho el gobierno de los Estados Unidos pone en tela de juicio los
derechos humanos de los cubanos?
Me
lo pregunto una y otra vez, pero no logro encontrar justificación lógica. ¿Con qué moral podría defender su punto de
vista? Hay miles en su propia tierra que mueren por drogas, falta de asistencia
médica, sucumben de hambre o frío. Sin empleo y no sé cuántas cosas más.
Y
no es que se trate ahora de hacer valer un criterio u otro, pero solo quiero recordar que la razón asiste
a los cubanos, confirmada en más de veinte ocasiones por la comunidad
internacional, cuando el mundo casi entero exige el levantamiento del bloqueo
en Naciones Unidas.
Quisiera
creerme que en cualquier circunstancia, aún en la más remota de las posibles,
cualquier habitante de esa nación pueda
acudir a un hospital sin gasto alguno y recibir allí atención de calidad.
Las cifras que expresan los daños en esa vital esfera
para los cubanos son horripilantes. Los perjuicios ocasionados por este
concepto ascienden a más de 39 millones de dólares, hasta abril del presente
2013.
Equipamiento,
insumos y medicamentos que podrían adquirirse en la propia nación
norteamericana deben ser comprados en países ubicados en lejanas áreas
geográficas que multiplican los gastos y costos del Estado Cubano, poniéndose
en peligro la vida de muchos enfermos, no importa ni la edad ni la urgencia del
padecimiento que se sufre; el hecho de haber nacido en la Mayor de las Antillas
resulta más que suficiente para estar condenado.
El bloqueo genocida de los Estados Unidos contra Cuba
es la más flagrante violación de los derechos humanos. Y en este asunto
podríamos opinar todos, los que nacimos antes y después del Triunfo de la Revolución, cuando
cambió por siempre el destino de la
Mayor de las Antillas.
De seguro aparecerán los elocuentes ejemplos del crimen.
Ahí estarán las historias de niños,
mujeres u hombres que esperan por un medicamento, único e imprescindible para
el tratamiento a su afección., o aquellas personas que perdieron algún familiar
porque, a pesar de los esfuerzos no llegó a tiempo la cura.
Los derechos humanos se expresan hasta en el simple hecho de reír abiertamente, tal
como lo hacen los niños cubanos; también en tener voz y voto en las asambleas
de rendición de cuenta, donde se nos rinde sobre la gestión del delegado, quien
nos representa a nivel en los órganos legislativos municipales.
Pasemos una mirada por algunas de las ramas médicas
de la más oriental de las provincias cubanas, Guantánamo, en las que el bloqueo
limita el desarrollo de programas prioritarios para la salud de su población.
Genética, el
diagnóstico, manejo y prevención de enfermedades genéticas y defectos congénitos
reciben el golpe de gracia. El Cytovisión, equipo utilizado para la lectura de
los cromosomas humanos, de fabricación estadounidense se obtiene a través de un
distante país de europeo; los microscopios de alta resolución de fabricación
japonesa son adquiridos a través de terceros países, asimismo sucede con
reactivos como el Suero Fetal o el Ancelgrow, al triple de su valor original.
En un servicio tan sensible como es el de
Cardiología, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba impide el acceso a medicamentos
que como el BetaBloqueador con Carvedilol, el Metoprolol y Bisoprolol han
probado su eficacia en el tratamiento de pacientes portadores de insuficiencia
cardiaca y aumentan su calidad de vida. Asimismo se dificulta la compra de
marcapasos permanentes, cuyos deben conseguirse con el doble o triple de su
valor en el mercado, de las hipolipeniantes, muestra de ello: los Estatinas y
se limita además el acceso a técnicas diagnósticas para la detección y atención
precoz del Infarto Agudo del Miocardio.
La asistencia Oncológica ha sido una de las más
afectadas por el demoledor asedio económico, financiero y comercial que haya
conocido cualquier país del mundo, teniendo en cuenta varios factores. Solo
mencionaré tres y de seguro usted comprenderá mejor la situación que se sufre
en los servicios para pacientes con cáncer: su amplitud, puesto que abarca
todos los órganos y sistemas del ser humano; su radio de acción diagnóstica,
terapéutica, rehabilitación e investigativo, es completamente multidisciplinario;
y por último, la constante aparición de nuevas drogas, reactivos, equipos y
tecnologías avanzadas a las que cuba no tiene acceso.
Seamos mucho más explícitos, cada paciente tratado
por una neoplasia, independientemente de su localización, requiere de gran
cantidad y complejidad de recursos caros y por largo tiempo, la mayoría
proveniente y producidos por empresas y compañías norteamericanas y otros
países capitalistas a ellas asociadas y que le es imposible a nuestro país
adquirir en sus mercados y hay que comprarlos en Europa y Asia a más altos
precios con la consiguiente demora en su llegada al país y en la utilización al
paciente.
El programa terapéutico completo de una sola paciente
con cáncer de mama cuesta alrededor de 50 a 90 mil dólares, ¡imagínese por un
instante!, en Guantánamo se están diagnosticando y tratando 100 pacientes
aproximadamente al año; adicionándole 15 mil dólares por paciente por concepto
de medicamentos citostáticos, alrededor de diez en cada caso, en su mayoría
importados que no pueden obtenerse en los mercados cercanos por causa del
bloqueo, ni incluso las materias primas para la elaboración de algunos que
podrían producirse nacionalmente.
Sin lugar a dudas, el bloqueo es un obstáculo para la Salud Pública Cubana, mucho más
claro, constituye una violación de nuestros derechos como seres humanos. De ahí
que nos asiste el deber y el derecho de ser nosotros mismos. En nombre de qué
derechos se nos acusa de violarlos?
La última palabra la decimos nosotros. ¡Qué nadie se confunda! Presentar al mundo nuestra realidad, todos
los días, es también nuestro derecho.
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