martes, 5 de mayo de 2015

Amor para colaboradores que enfrentaron epidemia de Ébola en Sierra Leona




Por: Idolkis Arguelles Berdión

Hace unos días, autoridades del Partido y representantes de organismos políticos y de masas, familiares y colegas de los colaboradores guantanameros que prestaban servicios en el enfrentamiento a la epidemia de Ébola en Sierra Leona le daban la bienvenida a los internacionalistas a su llegada al territorio.
Los salones de protocolo de Plaza de la Revolución Mariana Grajales fue el escenario que permitió el anhelado encuentro.
En un instante le regalaron muchos abrazos, y en ellos, quedó el cariño de todo un pueblo que los admira como héroes posibles, esos que no son construidos como figuras casi inaccesibles de tanta perfección, sino como las personas comunes que por sus acciones ganan el reconocimiento de pueblo, como tales.
Los colaboradores guantanameros que prestaban sus servicios en el enfrentamiento a la epidemia de Ébola en Sierra Leona regresan a su terruño natal con el deber cumplido, y las anécdotas son miles que se agolpan.
Julio Ruiz, uno de ellos, expresa escasas palabras, Joel Poumier, extremadamente nervioso, habla con el corazón y parece faltarle el aire; por el contrario, Francisco Benítez, muy locuaz, tuvo a su cargo el mensaje en nombre de sus compañeros y el suyo propio.
Pasados unos días, por las responsabilidades laborales y el empuje del diarismo de una casa, tengo la deuda de compartir por esta vía la alegría de entonces, y de alguna manera me sentiré mejor.
Los enfermeros de Baracoa Joel Poumier y Julio Ruiz y el economista guantanamero Francisco Benítez conformaron el segundo grupo de colaboradores del Alto Oriente que contribuyeron a la lucha contra el Ébola en África Occidental y que ya están de regreso a la Patria; primero lo hicieron los que permanecían en Liberia, y pronto llegarán los de Guinea Conakry; para ese entonces prometo ser más inmediata.


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